19 may 2011

Fin de viaje

Ahora quemar las nubes
y poner los recuerdos en subasta
decapitar las letras infalibles
cruzar las sombras del fugaz hechizo.

Sueño  el sueño de la enredadera
el sueño extraviado del joven pájaro en el nido
y el de la esfinge en su contemplación
de hormigas en marea de trajines

Esta apertura me estremece
esas alturas me desquician
esta rigidez que me da forma
esta estructura…

reniego de todo
de mí de ser yo de haber sido
culpable la sangre la voz y los cabellos
penitencia para los pensamientos
guillotina para el deseo marchito

Tiembla la ruta elíptica
se desmorona mi jardín de enredaderas
mis puentes colgantes sucumben al polvo
trazan en tí el itinerario
del peor de mis naufragios.

(2009)

Conversación

Del niño incierto ante el columpio
del kantismo incomprendido
de la cura y los apodos del amor
del tirano y su hija quijotesca
cómo le perdonaría ser su padre
y cómo se perdonaría ser su hija…
De todo eso hablábamos mientras la tarde
ofrecía sus pájaros y sus colores
a un instante mudo de nosotros.

(De algún día de 2008)

Lejos

Apenas un instante trémulo
y abrimos la oquedad que nos separa
el abismo que va del amor a la suspicacia.

Nos quedamos así lejos
como si entre las crestas de nuestro silencio airado
galoparan valles de desesperanza.


*(De algún día de 2007)

Lucidez

En el balcón de mi sien busqué un rayo tibio
un cobijo solar para el desquicio
una purga de radiantes horas.
Así me hallé iluminada y sola
con el astro golpeándome indolente
y viendo crecer mi desamparo
se inflamaron mis ansias de despeñadura
y me lancé sin titubear hacia la transparencia.

(2007)

Apaga la luz

Apaga la luz,
mejor que no sepas el rostro en que naufragas.
que ignore tu tacto el tacto que lo reconoce
y te pierdas entre dunas epidérmicas sin dueño
que puedas reptar por un cuerpo sin memoria,
ni huellas de los clavos que atizan tu conciencia.

Al alba la caricia que salvó el deseo
anuncia los desdenes que traerá la tarde
en que habrá miradas encontradas pero estaremos lejos
con el tacto aprisionado por sonrisas de diurna cortesía
indiferentes como dos que no han tocado nada nunca
dos que de noche se acuestan con fantasmas colectivos
dos solitarios que prodigan besos en abstracto
y lamen sombras sin remordimiento.

Cierra los ojos
y esconde tu temor bajo las sábanas
no sea que encuentres la mirada ardiente que te llama,
no sea que en esa llama arda la noche con todas sus franquezas
y nos sorprenda el recuerdo de esos otros
que iluminan el día con su juego de amigos recatados
con su juego insípido de peatones encontrados.

Apaga la luz
que ya es hora de tocarnos
como si no estuvieras perdido en el fondo de ti mismo.

(2007)