Para Enrique Arriola y Erandi Rico
Un día revolucionaria, la masa de hoy parece no tener adjetivos, ser masa llanamente. Efecto mediático o in-mediato, en nuestro país la idea de la transformación social profunda y drástica se disuelve entre los avatares de una cotidianeidad pesimista o desinteresada.
El “salto” revolucionario fue de la búsqueda de igualdad a la obtención de homogenización. Mediante la pretendida consolidación de la democracia el individuo ha entrado de nuevo en la masa, esta vez apaleado y cansado, aspirando a un poco de comodidad y moderado pero constante bienestar. El ideal de igualdad no se ha cumplido (hoy las diferencias son avasallantes pero unificadoras) pero ha sido sustituido con una realidad de homogenización adormilada. Hemos hecho consenso en el desinterés y la apatía; en preferir la recreación a la justicia. Poco nos importan las grandes decisiones de la vida pública nacional, mientras tenemos distracciones a la mano.
Esta es sólo una lectura, mía pero también de algunos que me rodean. Ante ella nos preguntamos ¿cuál es el radio efectivo de acción del individuo? En oriente se gestó la noción del “efecto mariposa”, según el cual un acontecimiento a primera vista minúsculo (el aleteo de una mariposa en Hong Kong) puede generar transformaciones profundas (una tempestad en Nueva York). Sin embargo, el efecto de los actos individuales es insondable para el individuo mismo. Sólo la tarea historiográfica de la colectividad puede dar cuenta de los ‘resultados’ de una vida o un quehacer.
A quienes compartimos esta lectura un tanto pesimista de nuestra realidad, nos queda la acción individual, guiada por la ingenuidad, esto es, la confianza sin fundamento en que el “efecto mariposa” obrará implacable aunque ajeno a nosotros.
Si la masa está perdida, el individuo debe buscar en soledad su salvación. El aleteo del actuar individual cotidiano quizá con suerte desencadene las tempestades que registrará la historia.
1 comentario:
Aquí callendo en tu blo al cual me has invitado leer.
Me gusta lo que leo.
Tienes una manera de escribir ligera y precisa, así como unos pensamientos interesantes.
Quizá te sirva leer a Michel Maffesoli y Zizek.
Un abrazo y un beso.
Con afecto.
Fredo.
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